Narra la historia de un muchacho subversivo que se dirige a colocar una bomba en el hotel donde se aloja un consejero del Papa en plena visita a Chile en 1987 y, que contradictoriamente se verá enfrentado a la posibilidad de integrarse al frío mundo empresarial repleto de personajes vacíos y ambiciosos y no pocas veces deshonesto.
En la obra se contempla la decrepitud de un empresario obsesionado por trascender su muerte a través del hijo y de una gran obra material. En definitiva, se trata de la representación de un mundo recurrente y fiel a nuestra época. En esta obra Fernando Jerez emplea una multiplicidad de técnicas narrativas de la novela actual y ello se expresa a veces en un estilo con nervio y garra.